El Proceso Artesanal Detrás de Raicilla Hacienda El Divisadero
La elaboración de la raicilla en Hacienda El Divisadero es un proceso meticuloso que combina tradición, conocimiento ancestral y una profunda conexión con la tierra. Cada etapa, desde la selección del agave hasta el embotellado final, se realiza con dedicación y respeto por las prácticas artesanales que han perdurado por generaciones en la costa de Jalisco.
Todo comienza con la cuidadosa selección de cuatro variedades de agave autóctonas de la región: Agave Cenizo, Agave Chico Aguiar, Agave Verde (Angustifolia) y Agave Amarillo (Rhodacantha). Cada una de estas especies aporta características únicas al perfil de sabor de la raicilla, creando una complejidad y riqueza que distingue a Hacienda El Divisadero.
Agave Cenizo: Conocido por sus notas ahumadas y terrosas, este agave proporciona una profundidad robusta al destilado, aportando matices minerales que reflejan el suelo costero donde crece.
Agave Chico Aguiar: Este agave es apreciado por sus sutiles notas florales y herbales, añadiendo una delicadeza aromática y una suavidad en el paladar que equilibra perfectamente los otros sabores.
Agave Verde (Angustifolia): Reconocido por su dulzura natural y toques cítricos, contribuye con frescura y vitalidad al perfil de sabor, además de una agradable persistencia en boca.
Agave Amarillo (Rhodacantha): Este agave aporta notas frutales y ligeramente especiadas, enriqueciendo la complejidad del destilado y ofreciendo un final cálido y seductor.
La cosecha de estos agaves se realiza manualmente, respetando los tiempos naturales de maduración que pueden oscilar entre 9 y 16 años. Los expertos encargados de la cosecha, utilizando machetes, separan con precisión las piñas del agave de sus pencas, asegurando que solo la mejor materia prima sea utilizada en la producción.
Una vez cosechadas, las piñas de agave son transportadas a los hornos de piedra volcánica de la hacienda, donde comienza el proceso de cocción. Estos hornos subterráneos, alimentados con leña de encino, permiten una cocción lenta que dura entre 48 y 72 horas. Este método tradicional carameliza los azúcares del agave y desarrolla los profundos sabores ahumados y dulces que caracterizan a la raicilla de la costa.
Tras la cocción, el agave se tritura de manera artesanal utilizando mazos de madera en canoas talladas, un proceso que libera los jugos fermentables manteniendo intactos los perfiles de sabor naturales. La pulpa resultante se coloca en tinas de fermentación de madera, donde fermenta de forma natural gracias a las levaduras silvestres presentes en el ambiente. Este proceso de fermentación, que puede durar de 7 a 10 días, es esencial para desarrollar los complejos aromas y sabores de la raicilla.
La destilación se lleva a cabo en alambiques tradicionales de cobre y madera de estilo filipino, una técnica heredada de siglos pasados. La raicilla de Hacienda El Divisadero se somete a una doble destilación, lo que garantiza una pureza excepcional y permite resaltar los matices únicos aportados por las distintas variedades de agave. El resultado es un destilado cristalino con un equilibrio perfecto entre notas ahumadas, dulces, frutales y herbales.
Finalmente, la raicilla se embotella cuidadosamente, preservando su esencia artesanal y autenticidad. Cada botella cuenta una historia de tradición, pasión y respeto por la naturaleza, ofreciendo una experiencia sensorial que transporta directamente a las costas de Jalisco.
El compromiso de Hacienda El Divisadero con la calidad y la tradición se refleja en cada etapa de este proceso artesanal, creando una raicilla que no solo es una bebida, sino una expresión viva de la herencia cultural y el paisaje único de la región. Al disfrutar de esta raicilla, te sumerges en un viaje de sabores y aromas que celebran la riqueza y diversidad de los agaves de la costa mexicana.
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